martes, 11 de enero de 2011

# 12

A veces no es tan fácil aceptar la realidad, enfrentarla.
Creemos que estaremos aquí para siempre.
Nos atormentamos día a día con cosas insignificantes y nos olvidamos de lo más valioso que tenemos: La vida.
Cuantas veces no nos quejamos de la inseguridad, de tanta muerte que nos rodea; sin embargo, creo que hay que levantarnos diariamente y agradecer que aun permanezcamos aquí, de lo mucho o poco que nos ofrece la vida.
Aprender a valorar cada minuto junto a tus seres amados, disfrutar cada nuevo día y empezarlo con el mejor ánimo posible.
Últimamente me estuve quejando de la inseguridad por cosas tan superficiales como cancelar alguna salida (que de por si casi no tengo), pero, de unos meses para acá, vivir esa misma inseguridad de una manera tan cercana me ha hecho reflexionar al respecto.
Erika, compañera, amiga de todos, quizás una confusión, no sabemos, el hecho es que ya no estás con nosotros.
Señora Josafat, ¡caramba! Llevar una vida tranquila ya no es seguro tampoco, su vida se resumía en ir al trabajo, recoger animales sin hogar y disfrutar pelear con su hija, de mis mejores amigas, por teléfono. Ojalá podamos encontrarla.
Cobos, momento equivocado a la hora errónea. Ahora estás entre el cielo y el mar, en una gran ola como te gustaba.
Sin tratar de pensar en el sufrimiento de estas personas he llorado varias noches, impaciente, sintiéndome frustrada e impotente ante la situación. Quisiera poder hacer algo para detener lo que vivimos, al menos poder hacer algo para ayudar a mi amiga a encontrar a su mamá. Me siento atada, viviendo con el miedo de salir a dejar a mi hijo o de ir a mi escuela y saber si regresare. Esto no es posible.
Quiero gritar, llorar hasta no poder más, tratar de darle paz de alguna forma a mi espíritu y mente…
Despierto cada mañana, beso a mi hijo y se que estaré bien; veo a mi novio, y me fundo con el en un abrazo del que no me quiero soltar. Mis dos razones de seguridad, mis dos razones para no dejarme caer.
Ahora entrego mi amor a cada persona con la que comparto el día, en estas fechas ya no podemos guardarnos una palabra de afecto para después, debemos vivir el momento, simplemente VIVIR.
Por el momento vacio mi cerebro aquí. Me siento un poco mejor. ¿Mi preocupación ahora? Tan solo terminar mi trabajo de ética, me quedan 2 días.

No hay comentarios:

Publicar un comentario