martes, 28 de agosto de 2018

Por mí, la ciencia puede irse al carajo. Desde Harvard hasta Oxford, las mentes más brillantes han dicho que el amor es un proceso químico, que es una trampa de la naturaleza para perpetuar la especie, que tiene fecha de caducidad y que es inexorable su fin. Todos ellos se equivocan, se equivocan porque no nos han conocido, porque no saben de tu risa, tu voz, tus abrazos y porque no tienen ni una minúscula idea de cuán loca estoy por ti.
Loca porque mi amor no es de a ratitos, loca porque no necesito que seas perfecto. Loca porque quiero pasar mi vida a tu lado, aún sabiendo lo difícil que eso será. Loca porque no tengo dudas, ¡Dios!, por primera vez en mi vida estoy segura de algo. Sé que voy a amarte toda mi vida y así es como quiero que lo sepas:
No voy a cansarme nunca de nuestros abrazos, esos que reparan cuando nos sentimos rotos y desesperanzados.
Quiero mirarte dormir después de un día de risas, llanto y euforia; me encanta el momento en el que todo el mundo desaparece y sólo somos tú y yo.
Voy a seguir haciendo planes contigo, proyectos para comernos el mundo de una sola mordida y sentirnos más vivos que nunca.
Quiero estar ahí para ti, curar tus miedos, remediar tus dolores más profundos y conocer tus secretos más oscuros.
Vamos a seguir haciendo locuras, hablando el lenguaje que sólo tú y yo conocemos. Comunicándonos con la mirada como cómplices eternos.
Todo será delicioso junto a ti, aun en los malos momentos...

No hay comentarios:

Publicar un comentario